En seguida se percató de que era una chica muy joven.
- ¿Cuántos años tienes? ¿No ves que así no solucionarás nada?
- Déjame, vale. No sabes nada de mí, respondió ella con su cálida voz.
- No, pero ahora mismo cualquier problema que tengas tiene solución. Si te matas, ya no lo tendrá. ¿Has pensado en la gente que te quiere?
- ¿Quién?
- No lo sé, tus padres, tus amigos, tu familia.
- No tengo amigos, ni nadie que me entienda. ¿Y tú qué haces aquí?, inquirió ella.
Estuvieron hablando un buen rato, intentando entenderse mutuamente.
Finalmente se sentaron. Parecía haberla convencido, o quizá su intento de suicidio no era realmente tan fuerte.
- Venga que te acompaño a casa, siempre que no uses eso conmigo claro, bromeó él sarcásticamente refiriéndose al cuchillo.
- Yo no me voy a ningún lado, respondió ella.
- Pues entonces yo tampoco. No me moveré de aquí hasta que tú te vayas.
Se miraron y por primera vez la vio sonreír.
- Bueno, parece que esto va a ir para largo, dijo él sacando su mp3.
- Eh, yo también puedo aguantar aquí con mi música y sacó el suyo.
Estuvieron un tiempo en silencio.
¿Qué escuchas?, le preguntó ella.
Así comenzó una amena y animosa conversación sobre música, parecía que tenían gustos similares y entre bromas, sonrisas y contar su vida fue pasando el tiempo.
Parecían haber conectado.
to be continued...
1 comentario:
por fin...
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