Llegué a su casa y pronto intuí que yo era el único invitado. Abrió la puerta y pregunté:
- Estamos solos ¿verdad?
- ¿Cómo vamos a estar juntos y solos a la vez?, dijo con su ironía habitual.
Es cierto, es una de esas quimeras socráticas que tiene el lenguaje. Y empezamos a divagar sobre el mismo. Recordé entonces aquella cita de Miguel de Unamuno: “La lengua no es la envoltura del pensamiento sino el pensamiento mismo”.
(Fragmento del texto: "Las miserias del lenguaje",
viernes, 12 de septiembre de 2008
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7 comentarios:
muy bueno, me gustan mucho este tipo de cosas y "juegos" de palabras.
ya se me han acabado las vacaciones...jop!!
un besito guapo!!
Mus gracias!!
Sabes que me encanta que me comentes... será pq eres la única?
;-)
wapa tú...
otro besito
Gracias, creo que me dedicaré a subir cosas absurdas mientras no me anime con mis propias mierdas.
Un besazo, tío.
Creo que me recuerda a aquello que decía Benedetti del alma, y sus dos acepciones.
Y cuando un jovencito le dice a su amada que la quiere con todo el alma, evidentemente no dice que la quiere con todo el cañón de la pistola.
Un tremendo honor que seleccionaras mi texto. Gracias por la honestidad de presentar mi autoría.
Por otra parte, genial blog. Estoy seguro que vendré frecuentemente.
Un saludo
Jesús Domínguez
¡Bien hecho!
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